No pagas los gastos de la financiación: ahora mismo los coches híbridos son más caros que los coches de combustión. Si financias uno, tendrás que pagar cuota de entrada, cuota final e intereses. Con los híbridos de renting, solo pagas una mensualidad fija que no cambiará en los meses o años que dure tu contrato.
No te atas a un coche durante años: en cuanto compras un coche y sales con él del concesionario, ya vale bastantes miles de euros menos. Con el renting de vehículos híbridos no tienes este problema porque el coche no es de tu propiedad. Tampoco tendrás que preocuparte por venderlo si en unos años necesitas un coche más grande o más pequeño. Simplemente contratas el renting del modelo que necesites en ese momento.
Ahorras a diario con la movilidad sostenible: los coches híbridos consumen menos que los coches gasolina o diésel. Llevan un pequeño motor eléctrico alimentado por una batería y podemos asesorarte para que maximices el ahorro en gasolina.
Prueba si el coche híbrido es lo tuyo: ¿y si compras un híbrido y luego te das cuenta de que tenías que haber comprado un eléctrico? El renting te permite cambiar de tecnología cada vez que se acabe el contrato. Eliges si sigues con híbrido, cambias a híbrido enchufable o eléctrico… Lo que te apetezca.
No te preocupes por la batería: se habla mucho de que las baterías de los coches híbridos y eléctricos son muy caras. Cada vez cuentan con tecnologías más capaces de aumentar su vida útil y la garantía te cubre varios años, pero si es un tema que te preocupa, con el renting lo tienes resuelto. El contrato más largo que puedes firmar es de 5 años y en ese periodo la batería no te va a fallar. Si lo hiciera, el renting de híbrido enchufable te cubre reparaciones sin que pagues ni un euro de más.